La banda de los corazones solitarios: Yes, con Leave it y Hold on (1983)

90125 fue el primer disco de Yes que escuché en su totalidad. Sé que parecerá un sacrilegio, pero claro, esta reinvención de los reyes del rock progresivo me pilló con dieciséis años. Y en ese momento me metí del todo en todo (menos la portada, cierto): esa producción de Trevor Horn, esa guitarra de ese monstruo recién llegado llamado Trevor Rabin, esa batería machacona de la era de la new wave y The Police, ese vídeo tan MTV para el también sacrílego Owner of a lonely heart… Estaba a unos pocos años de entender qué era también Yes cuando (listo por orden) los pillé en su cúspide con Fragile, o en su transición, con Drama, en su sobredimensión, con Tales from the topographic oceans, en su desconcierto, con Tormato, o en su reivindicación herida, con Going for the one. Y luego, claro, devoraría Close to the edge, The Yes Album, Time and a Word, Relayer, Yesssongs… Y todo lo que vendría después. Pero no hay nada en el catálogo de Yes que suene como 90125, para bien o para mal, ni tan solo cuando intentaron repetir la receta. El proceso creativo de Yes siempre tiene algo de azaroso, y bien lo fue este álbum, que no debía ni tan solo haber sido un álbum de Yes sino de un supergrupo no nato que debía haberse llamado Cinema, pero que con entradas, salidas, seguramente discusiones y chispas de todo tipo cristalizó en un disco único en su género, o sus géneros.

90125 cumple en estos días 40 años de vida. Visto en su conjunto no es el ‘mejor álbum’ de Yes, pero en cierta manera es el más importante. Lo fue, sin duda, para mí: una puerta abierta a todo un mundo por descubrir.

Ahí van dos temas que difícilmente hubieran anticipado los Yesfans de la era clásica, pero que recuperaron a una banda inclasificable e indomable en una de sus más destacadas reencarnaciones. el extraño single Leave it y ese trallazo de rock de estadios que es Hold on.

Deja un comentario

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑